El rol de filosofía es muy importante en la actualidad. Una de sus doctrinas, el Utilitarismo, establece que la mejor acción es la que produce la mayor felicidad y bienestar para el mayor número de individuos involucrados y maximiza la utilidad. Sin embargo, acciones de corrupción y deshonestidad de la vida cotidiana, reflejan lo contrario a lo establecido por el Utilitarismo. A través de sus máximos exponentes, su origen, y varios ejemplos, analizamos el propósito del Utilitarismo en la sociedad.

Somos los únicos seres vivos en el universo, comprobado hasta ahora, que tenemos la dicha de poder razonar, analizar y cuestionar todo lo que nos rodea. Una característica que nos diferencia del resto de los seres vivos y uno de los motivos por el cual nos consideramos inteligentes. 

El poder pensar permite que hagamos diariamente preguntas ¿Somos los únicos seres vivos en el universo? ¿Por qué hay tanta injusticia? ¿Por qué no respetamos las diferencias? ¿Por qué algunas personas actúan de tal o cual manera? entre otras.

Al interrogarnos escudriñamos nuestra mente para dar solución y satisfacer nuestras dudas, sin embargo, a muchas de ellas no le damos respuesta. Es aquí donde buscamos ayuda, sin saberlo en algunos casos, de la ciencia del pensamiento: La Filosofía. Esta nos lleva a reflexionar sobre la esencia, las propiedades, las causas y los efectos de las cosas naturales, especialmente sobre el hombre y el universo. Propiciando calmar el ansia de respuestas que posee todo ser humano inquieto, por la realidad en la que vive.

La Filosofía: El Bien Y El Mal 

Una de las ramas de la filosofía que brinda apoyo para encontrar respuestas claras y precisas es la lógica. Esta ciencia estudia la estructura o forma del pensamiento y establece leyes y principios válidos, para obtener criterios verdaderos. Qué bueno sería tenerla en cuenta en nuestra vida cotidiana. Tantos errores se cometen, por no pensar de forma coherente antes de actuar.

Otra ciencia a tener en cuenta es la ética (o filosofía moral). Esta ayuda a reconocer los valores, los deberes y acciones correctas. ¿Cómo debemos vivir? ¿Qué es el bien y el mal? ¿Cuándo lo que hacemos es bueno o malo?

Aristóteles considera una acción buena aquella que conduce al logro del bien del hombre, o a su propósito. Por lo tanto, toda acción que se oponga a ello será mala. Para Aristóteles, la bondad es un atributo trascendental del individuo. Sin embargo, Sócrates, identifica a la bondad con la virtud moral, y a ésta, con el saber.

En la ética utilitarista tenemos unos ejemplos claros que son los dilemas morales. Un ejemplo de dilema moral es el dilema del tranvía. Este dilema plantea que, si uno conduce un tranvía sin frenos, y en los rieles solo hay opciones de girar hacia la derecha o hacia la izquierda. Pero, si vas a la derecha podrías atropellar a una persona con la que simpatizas; en cambio, hacia la izquierda, hay un grupo de ocho niños jugando. ¿Qué camino tomarías? ¿Solo a mí, o todo un grupo de personas?

En la vida se presentan muchos de estos dilemas morales, donde no sabemos cuál sería la opción correcta, pero toca decidir. Aquí nuevamente se plantea la pregunta. ¿Hacia dónde debo dirigirme? ¿A quién hará feliz la decisión tomada?

Nuestra Felicidad Depende De Los Demás 

¿Cómo así? ¿La felicidad de cada uno depende de los demás? Si, porque vivimos en una sociedad formada por personas que tienen los mismos intereses, costumbres, valores e ideas, con el deseo único de ser felices. La actitud de las personas, siempre es buscar la felicidad, en algunos casos sin importarles el cómo y el por qué. Pero de lo que sí está seguro, es que busca su propia satisfacción e interés.

Ese interés personal lo vemos en la vida cotidiana y muchas veces nos encontramos con actitudes engañosas. La deshonestidad y la corrupción son probablemente los mejores (malos) ejemplos de preferir la felicidad personal (individual) sobre un grupo mayoritario, en nuestra propia comunidad.

Los siguientes son ejemplos explícitos, directos y mundanos tomados de situaciones reales de la sociedad colombiana; algunos de ellos, entregados a/por mis alumnos en mi clase de filosofía. Sin embargo, podemos observar similitudes en todas las culturas.

  • Llega al pueblo un aspirante a algún cargo público mostrando una cara de la moneda, donde la comunidad se va a “beneficiar”, por todos los cambios que se harán en las escuelas, en los hospitales, en los parques y todos los lugares comunitarios. El pueblo, necesitado e ingenuo, cree dicho discurso. Sin embargo, al lograr su objetivo, en la mayoría de los casos el aspirante muestra la otra cara de la moneda. Lo que quería era alcanzar su meta personal, y ya lograda, él es feliz, y los que estaban anhelando serlo se quedan con las ganas.
  • La persona que con esfuerzo logra reunir algo de dinero, comprando a menor precio algunos productos, para obtener ganancias extras del mismo, pero empleados de la Aduana en un retén le quitan todo. Se llevan la mercancía a “un depósito” que en muchos casos es su casa, donde es utilizada por sus familiares, vecinos y en algunos casos vendida. Si, los dos tienen culpabilidad, es lo primero que pensamos. Pero, ¿es justo que un empleado público se quede con la mercancía? No invirtió un peso y recibió todos los beneficios. 
  • El coordinador de los Programas de Alimentación Escolar (PAE). Es incalculable el saqueo de los recursos para la alimentación escolar en Colombia, estos van pasando por varias manos, quedando parte del dinero en cada uno de los que forman este proceso o cadena de corrupción. Los productos que se brindan la mayoría son de baja calidad, pero lo que colmó la copa de la corrupción es brindarle carne de caballos y de burros enfermos, el proveedor de cárnicos llevó esta ilegalmente por fuera de todos los controles sanitarios, pero estaba empacada y con sellos como si hubiera pasado dicho proceso. ¡Triste realidad! Se roban el dinero de los alimentos de los niños y niñas necesitados de las escuelas públicas colombianas. Nuevamente, “yo” primero, el resto que se las arregle como pueda.
  • El hospital busca aumentar el costo de las medicinas que suministra a los pacientes, para quedarse con el valor del excedente que aparece facturado. O, por debajo de cuerda, el encargado de las medicinas las vende a farmacias del pueblo. ¿Qué pasa cuando llega un paciente que las necesita?
  • El contratista que sube los costos de los productos que va a invertir en una obra, pero al final compra aquellos de baja calidad. Más tarde disfruta de las ganancias, sin importarle que la obra dure solo unos años. A causa de esto se perjudica y pone en riesgo a toda una comunidad. 
  • Qué decir del vecino que pone música con volumen muy alto, desde la mañana hasta pasada la medianoche. El sonido no permite a los demás concentrarse en las actividades cotidianas. Pero él es feliz con la música y la manera como la escucha, no le importa si los que están cerca se sienten cómodos y agradables con ella.  

Otros problemas comunes ocurren en muchos lugares y de diferentes maneras. No se deposita la basura en su sitio. Se utiliza la bocina del carro sin necesidad. Se roban los turnos en el bus, en la fila del banco, y del supermercado. Solo se piensa en ser más astuto que el otro, y para el que lo hace es una hazaña. Vivimos siempre buscando nuestra conveniencia. Aunque no lo notamos, cuando actuamos influimos en la conducta del otro.

Los ejemplos anteriores concurren en afirmar que la mayoría de las personas sin distingo de raza, cultura y religión, busca su propio bienestar, lo que le es útil para ellos, teniendo que escalar sobre otros para llegar a su fin. Entonces ¿Qué es útil? lo útil es lo bueno, lo que ofrece algún provecho o ventaja, ya sea para el individuo o para el conjunto de la sociedad.

Afortunadamente contamos con una doctrina que nos ayuda a tomar conciencia y de paso aclarar algunas dudas sobre lo que es útil y bueno.

Utilitarismo Filosófico

¿Qué es el utilitarismo? Es una doctrina que busca identificar lo bueno con lo útil, y se entiende por útil aquello que proporciona la felicidad al mayor número posible de personas. La utilidad es todo aquello que produce felicidad, por lo tanto, lo bueno y correcto es lo que produce placer y disminuye el dolor. Esta idea fue incansablemente formulada por el filósofo y economista británico Jeremy Bentham, en el siglo XVIII, quien empleó el utilitarismo como base, no solo de un sistema ético, sino también de formas políticas y legales.

Esta misma idea fue acogida por el filósofo, político y economista, de origen escocés, John Stuart Mill, siguiendo a su padrino Jeremy Bentham. Stuart, usó verdaderamente el término utilitarismo y lo empezó a relacionar con la sociedad.

El hombre tiende espontánea o instintivamente a buscar lo que le produce placer, y a eso lo llama útil y bueno. El interés marca el estilo de nuestras relaciones sociales y la jerarquía de nuestros valores. Incluso la moral cristiana que algunos practican es una moral utilitarista. Esta busca las satisfacciones que hacen feliz al hombre, si es posible en este mundo, y si no, al menos en el otro.

Según Sócrates, la sociedad ideal es aquella que debe existir para satisfacer las necesidades de los hombres, y que estos, no son independientes unos de otros. Siempre se va a necesitar la ayuda de otras personas, para poder sobrevivir en este mundo. Por lo tanto, se necesita una sociedad, donde cada uno de acuerdo a sus habilidades y capacidades trabaje para el bien de la misma.

Conclusión

Pocas sensaciones son tan satisfactorias como la que sentimos cuando hemos hecho algo bueno por los demás. De hecho, es muy fácil observar el gesto de alegría que inunda la cara del que se ayuda. Cuando nos sentimos útiles se despiertan en nosotros emociones positivas que repercuten en nuestro bienestar general. Como se dice popularmente: todo lo que desees y hagas a otro, bueno o malo, se regresa multiplicado. La sensación de poder hacer algo de utilidad es profundamente motivador para el ser humano y más cuando busca generar la mayor felicidad al mayor número de individuos, y esto, es lo que al final busca el utilitarismo.

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